Voto derechista en Europa analisis de la primera vuelta

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EL VOTO DERECHISTA EN EUROPA


Antes de que el ONPE publicara al 100% los resultados oficiales de la votación peruana en los países de Europa, el cómputo a boca de urna arrojó un dato impresionante, largamente previsto, que llama de nuevo a la reflexión: la preferencia mayoritaria en la primera vuelta por los candidatos de derecha que representan y defienden el sistema neoliberal. Las abrumadoras victorias derechistas sobre las alianzas de izquierda en elecciones anteriores se reeditan en las elecciones generales del 2011 en los países ricos y desarrollados, donde parece ser ya una norma de nuestra política moderna. Y, aunque en el pasado la fuerza del voto derechista no era muy significativa, en términos numéricos, ésta empezó a cobrar inusitada importancia con la fuga masiva de peruanos hacia el exterior a partir de los años 80. Hoy, el extraordinario volumen de convocados (229,324 en Europa - 754,154 electores en el mundo) confiere al voto derechista un peso gravitacional mayor y que puede ser concluyente, como en el 2006.

Para comprender mejor el comportamiento electoral de los peruanos residentes en el exterior, tal vez sea necesario recordar algunos momentos claves del éxodo peruano hacia el dorado europeo: el primer flujo emigratorio permanente hacia destinos fabulosos: Estados Unidos, Europa, Venezuela, se inició durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry (1980-1985) y los motores que lo impulsaron fueron la inflación galopante, el desempleo y la violencia política. En las elecciones generales de 1985, el voto derechista (PAP, PPC, AP) en el extranjero, como a nivel nacional, se impone en conjunto al del candidato por la Izquierda Unida (IU) Alfonso Barrantes. Quiénes eran los inmigrantes y electores de esa época en el exterior? Eran, mayoritariamente, profesionales y técnicos de la clase media tradicional, numerosos intelectuales, artistas plásticos y músicos, que salieron del Perú en búsqueda de nuevos horizontes. Esta primera ola masiva que abandona el país, y que algunos sociólogos coinciden en catalogarla como la gran ‘fuga de cerebros’, alcanzó su clímax en el catastrófico primer gobierno de Alan García Pérez (1985-1990), donde el Perú vivió la crisis económica más grave de su historia. Algunos países occidentales en expansión económica, ávidos de mano de obra, ayudaron a ensanchar las puertas de escape legal facilitando visas, ofreciendo trabajo seguro y medios para instalarse. Un ejemplo muy ilustrativo de aquel período fueron las interminables colas delante de los consulados de Canadá, Australia, Argentina, entre otros, formadas por los postulantes a la emigración entre los años 1986 y 1987.

Las interpretaciones del voto derechista en Europa a favor del candidato de Fredemo Mario Vargas Llosa en las elecciones de 1990 convergen en el mismo sentido: las potencias económicas son bastiones tradicionales de la derecha. La situación mundial de entonces, la caída del muro de Berlín, el derrumbamiento del bloque soviético y el fin de la guerra fría, contribuyó a consolidarlos. Al tsunami electoral que llevó a la presidencia a su adversario Alberto Fujimori, le siguió un tsunami emigratorio sin precedentes. Durante los dos gobiernos consecutivos de Alberto Fujimori (1990-2000), en el de Alejandro Toledo (2001-2005) y en el segundo gobierno de Alan García ( 2006-2010), el torrente yugular emigratorio fue colosal. Más de dos millones de peruanos abandonaron el país desoyendo las promesas de trabajo y desarrollo para todos: el señuelo del ‘paraíso liberal’ utilizado por estos candidatos para llegar al poder. Esta vez, el grueso de la población trashumante lo componen, al 8O%, los trabajadores sin calificación provenientes de todos los rincones y estratos bajos del Perú. En Europa, los principales albergues de esta masa inmigrante son España e Italia (123, 825 y 75,203 electores respectivamente), que se presentan hoy como los focos de mayor concentración electoral europea y pueden ser decisivos para la segunda vuelta.

El proceso de emigración de estas tres décadas, resumido así, señala un aspecto evidente: el económico. Las primeras olas de inmigrantes que llegaron a Europa se dieron en los períodos de gran inestabilidad. Los peruanos que abandonaban el país eran los no encontraron el bienestar anhelado que los sucesivos gobiernos prometían durante las campañas electorales; cuando el futuro del país se mostraba muy incierto. Pero un cuadro nuevo, paradójico, va a romper la perspectiva de cualquier lectura económica simplista: el flujo migratorio más grande de todos estos tiempos se produce en la década del 2001 al 2010, período en el cual la economía peruana se recupera y estabiliza. Europa, a pesar de la caída del ‘mito’: crisis, amenaza de recesión, barreras jurídicas y policiales contra la inmigración ilegal, sigue considerándose como uno de los destinos favoritos de los potenciales emigrantes: la tierra prometida donde pueden realizarse todos los sueños de progreso y cultura. Una manera de entender esta figura contradictoria, sería comparando el nivel y calidad de vida de un obrero en el modelo exitoso peruano y en el de Europa que muestra, de manera general, una clara ventaja atractiva frente al primero. Sólo los países donde se ha producido un descalabro financiero reciente, como España, Portugal, Irlanda y Grecia, pueden quizás ponerse al margen de esta comparación.

Los resultados de la primera vuelta en Europa arrojan otros datos importantes, como el alto porcentaje de votos en blanco que pertenecen esencialmente a los sectores contestatarios del Apra y de izquierda radical ; el ausentismo y el número de peruanos indocumentados no inscritos en los consulados e impedidos de votar, que pueden, junto al aspecto económico, intervenir en la interpretación del voto derechista y pro-liberal de una inmensa mayoría electora nueva proveniente de los bajos y medios estratos de la sociedad que, se supone, son los excluidos de la sociedad y los olvidados por el estado peruano, descompuesto por la crisis y la corrupción. Sin embargo, el modelo económico, los datos estadísticos y otros factores socio-culturales no explican todo. Un factor determinante del voto derechista en Europa, y en el resto del mundo, es la forma como los candidatos de derecha, apoyados por los grupos de poder y la inversión extranjera, presentan al electorado el modelo neoliberal peruano, excluyente, injusto, corrupto, adjudicándole los valores y las bondades sobredimensionados del modelo neoliberal y la democracia occidentales. Y en esta tarea contra- informativa, truculenta, lo sabemos, han sido las tenaces obreras los medios de comunicación en manos de la oligarquía nacional durante estos treinta lustros de neoliberalismo.

El temor al cambio inoculado en las venas del electorado indeciso por la prensa y cimentado durante estos años por el fujimorismo, el toledismo y el alanismo, ha vuelto a ser utilizado en la primera vuelta, sin recato ni vergüenza, contra el candidato nacionalista. Pero Ollanta Humala ha roto un tabú que parecía infranqueable hasta hoy gracias a la moderación de su discurso y el contacto fusionista con el elector de abajo y medio. Podemos afirmar, en fin, que la esperanza venció al miedo en el Perú. No obstante, la palabra buena dirigida a los peruanos menos favorecidos por el boom económico allá podría ser insuficiente para lograr un vuelco radical en la opinión del elector peruano en Europa que parece, a la luz de las cifras emitidas, ser muy refractario a la prédica nacionalista. Es el reto que impone la campaña de Ollanta Humala por la segunda vuelta; para llevar adelante el proceso de cambio prometido y lograr las metas del programa de gobierno de Gana Perú es necesario no sólo contar con los votos de consuelo de ese sector decepcionado de las posturas estrafalarias de los candidatos de derecha y del fracaso de la política neoliberal; es urgente, también, ganar conciencias. El 5 de Junio próximo, los peruanos deberán, sin temor, elegir a un presidente de izquierda. Por primera vez en sus 190 años de azarosa historia republicana.

Frisch Haedo

Paris, Miércoles 20 de Abril de 2011
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